Los ángeles no mueren ¿murió William Soto Santiago?
Cinco años y siete meses
después de la muerte de William Marrion Branham en la Navidad de 1965, el 12 de
julio de 1971 se reunieron en la Ciudad de México unos 2 mil seguidores “del
mensaje” de este predicador norteamericano que había desarrollado un ministerio
enfocado en la proclamación de milagros. Durante el llamado avivamiento de
sanidad 1946-1954, Branham convivió con otros líderes carismáticos como Oral
Roberts, T.L. Osborn, Gordon Lindsay y Ern Baxter, quienes reconocieron sus extraordinarios
dones de vidente.
Fue a partir de 1955 y durante
los diez últimos años de su vida, cuando Branham alejó su teología de la gran
corriente mayoritaria evangélica. Tomando como referencia el último libro del
Antiguo Testamento, se proclamó como el profeta Elías anunciado en Malaquías. Negó
la doctrina de la Trinidad y enseñó cosas extrañas, ninguna de ellas escritas
en libros pero sí recopiladas en más de 1,200 grabaciones que hasta la fecha
son distribuidas en diversas comunidades religiosas herederas de su legado.
Fue en aquella reunión
veraniega de 1971 donde se dieron cita un puñado de pastores, entre los que se
encontraba William Soto Santiago “parecía un reportero o fotógrafo profesional,
ya que en los días de reunión no se le vio sin su cámara de 35 milímetros
colgada al cuello”, recordó Fabián
Coronado. El círculo más sólido en las enseñanzas de Branham estaba compuesto
por venezolanos y puertorriqueños, el epicentro del movimiento parecía venir de
Barquisimeto, Venezuela, teniendo a la cabeza a Oscar Galdona, y sus
connacionales de más influencia en materia de consejería y apoyo ministerial eran
Miguel Bermúdez, Antonio Prado y Pablo Soto.
Por la parte puertorriqueña,
el predicador de mayor relevancia era Oscar Candelario, secundado por el pastor
Mario Pérez, Adalberto Pérez, aunque éste su colaboración solo era en materia
de grabación; y en último lugar, William Soto, de 31 años de edad. Dos años
después, en 1973 se gestó una disensión en el círculo ministerial que fue de
terribles consecuencias en todo el bloque de creyentes en América Latina, y en
cuyas deliberaciones separatistas “no hay ni la menor duda de que William Soto
participó activamente”. (Coronado).
Fue hasta la última semana de
marzo de 1974 cuando se consumó la separación estableciéndose una nueva sede en
Canovanas, Puerto Rico y el hombre al mando era Oscar Candelario, le seguían
Miguel Bermúdez, Adalberto Pérez, William Soto y quince predicadores
venezolanos más. Problemas personales y doctrinales formaban parte de esta
disensión. A manera de una nueva revelación el grupo liderado por Oscar
Candelario, había desarrollado la enseñanza del “nuevo nombre del Señor” basada
en Apocalipsis 2:17 “Y en la piedrecita estaba escrito un nombre nuevo, el cual
ninguno conoce sino aquel que lo recibe”.
Los iluminados que recibieran
esta revelación tendrían que ser bautizados en el nombre de William Marrion
Branham, a quien también se le llamaría “el hijo de David” atribuido en la teología
evangélica en exclusividad a Jesucristo. Toda oración, petición o suplica, ahora
era en el nombre de William Branham. También el nombre fue incorporado en las
alabanzas, las cuales se cantaban con todo el ardor, puesto que el grupo
naciente proclamaba haber entrado en una nueva etapa; etapa por supuesto que
desconocían los que se habían quedado atrás, o que no habían dado el paso como
ellos. En resumidas cuentas, William Branham fue deificado y, ante cuyo nombre
debían ser confesados y perdonados los pecados de los penitentes, como también
toda intercesión pequeña como grande, debía ser hecha en ese nombre.
El
viraje completo de 1976
La ciudad de Pasto,
departamento de Nariño, Colombia, ubicada al extremo sur casi en la frontera con
Ecuador, fue escenario de la exposición teológica de William Soto Santiago, que
lo llevó a ser el fundador de la Voz de la Piedra Angular.
El avión aterrizó en el
aeropuerto de Pasto y descendieron Oscar Candelario, Miguel Bermúdez, Adalberto
Pérez y William Soto Santiago; éste último llevando el maletín repleto de
folletos de Branham y libretas con notas con lo que más tarde respaldaría su
exposición teológica. La notoriedad con la que llegaron estos cuatro caballeros
era evidente, pues cada uno portaba elegante traje con corbata y gafas oscuras.
He aquí la historia de lo que
sucedió en Pasto, Nariño:
La reunión programada parecía
ajustarse a la norma rutinaria de la mayoría de las reuniones donde predomina
la monotonía; pero a veces suele haber sorpresas.
Aquel 17 de junio de 1976, William
Soto abordó el púlpito en el servicio de las diez de la mañana. Nadie esperaba
algo fuera de lo normal, ni en la duración del sermón ni en la homilía por
parte del predicador, por lo que la audiencia parecía tranquila y hasta
ingenua.
El tema elegido para la
ocasión fue: “La Venida del Reino”. El planteamiento de W. Soto en este sermón fue
sutil valiéndose del argumento profético mezclado con una serie de
comparaciones y similitudes. Por primera vez él expone su idea de los
ministerios de Elías y Moisés, uno a cada lado, pero no explica al lado de
quien estarían parados. Soto expuso que el Señor en su segunda venida viene
acompañado de Elías y Moisés. Los oyentes ahora entienden que W. Soto es el
Señor en su segunda venida y los ministerios de Moisés y Elías lo flanquean a
la derecha y a la izquierda.
Desde luego que para respaldar
esto, cita múltiples extractos del mensaje de Branham, con lo cual y, según él,
le da respaldo absoluto. A medida que el predicador avanza en su exposición, la
audiencia cobra interés, por lo que los bostezos y el cansancio que son comunes
en los sermones monótonos, de pronto se alejan y miran al predicador con
entusiasmo.
A continuación, Soto ubica a
Branham como la luz del atardecer; del ocaso, una luz ya apagada, porque al
atardecer le sigue oscuridad, y luego viene la luz del amanecer, o del nuevo
día. La luz del amanecer (dice él) es El Señor, en su segunda venida, pero lo
dice con doble sentido, ya que según su revelación, él es el mismo Señor.
Para el boricua, William M.
Branham, no solo fue una vida que se apagó en este mundo, sino también su
ministerio y su antorcha se apagaron. Fue también en esta ocasión donde Soto
por primera vez, desde la separación del grupo dos años antes, cambia de
doctrina, o produce cambios completamente radicales en el sistema de enseñanza.
Habían pasado tres horas desde
el inicio del sermón, por lo que paró de predicar y concedió a los oyentes un
receso de 15 minutos para ir al sanitario y tomar algún refresco. Terminado el
receso continuó con su enseñanza, haciendo énfasis en el trabajo de William
Branham como precursor. Es aquí donde Soto consolida la singularidad, es decir,
que él no quiere pluralidades donde la gloria sea compartida entre más de uno; él
es uno y la gloria absoluta debe ser para ese uno.
¿A quién precursó, o a quién
introdujo William Branham? Al Señor -dice Soto- pero el Señor, o el Ángel
Fuerte de Apocalipsis 10:1-2, continua su segunda venida hasta Israel
manifestado en un hombre con los ministerios de Elías y Moisés; un solo hombre
con dos ministerios.
No vaya a creer usted que
William Soto fue la primera persona que apareció con estas ideas -nos dice Coronado-,
cuatro o cinco años antes, Moisés Conchamiche en Perú, se le había adelantado
con la doctrina de “la familia Branhamo”, de la cual él era la encarnación de
La Palabra. El movimiento de Conchamiche terminó en una vergüenza y vituperio.
En el caso de William Soto,
sus pretensiones a la glorificación, eran las mismas de Conchamiche, solo que
con un arsenal bibliográfico mucho mayor, aunque con el argumento
interpretativo por delante. Y en efecto, no pasaron más de dos años, cuando
habiendo descendido de un avión en el aeropuerto internacional de la ciudad de
Monterrey, fue recibido por sus seguidores con grandes pancartas y mantas que
decían: “Bienvenido rey de reyes y señor de señores”, a la vez que gritaban
vivas y aplaudían.
Pero volviendo nuevamente a la
reunión de Pasto, William Soto después del receso que concedió, se prolongó aún
por dos horas y treinta minutos más. En total, fueron cinco horas y treinta
minutos la duración de su sermón, con lo cual, juzgando por los resultados posteriores,
con ese sermón quedó establecido el sistema litúrgico del grupo y lo que más
tarde resultase sería una derivación de lo dicho. Pero tómese en cuenta que a
partir de ese sermón los ojos de los que oyeron y los que después leyeron,
quedaron persuadidos de que W. Soto era ese ángel fuerte a quien había
introducido o precursado Branham.
Pero surgieron ciertos
problemas ya que el ascenso de Soto y el descenso de Oscar Candelario, produjo
sentimientos y por ende rivalidades. Aun así, se ha dicho que el verdadero
precursor de Soto, fue Oscar Candelario. Bajo el nuevo orden, Candelario y W.
Soto, ordenaron hacer confesionarios dentro de la iglesia que pastoreaba el
primero, la cual contaba con más de 500 miembros. El propósito era llevar al
pueblo a estas pequeñas habitaciones para que confesaran sus faltas y así
perdonarles sus pecados. Al hacer esto, (según ellos), estarían dando
cumplimiento a la visión de la carpa anunciada por Branham en 1956.
Pero las cosas no sucedieron como
se esperaba, porque en ambos confesionarios hubo revelaciones sobre inmoralidad
que involucraban a los dos hombres que impartían misericordia y perdón; de ahí
surgieron mutuas acusaciones y terminaron por separarse, habiendo perdido
Candelario casi la totalidad de la congregación, por lo que no le quedó otra
alternativa que trabajar por su cuenta. Era operador de un transporte urbano, a
la vez que predicaba por la radio con el fin de atraer audiencia, lo hizo y a
la postre creció, pero su final fue trágico, acusado por abusos sexuales fue procesado
y arrestado en 2004, murió cuatro años después en la cárcel.
Vaivenes
-Para el mes de mayo de 1977
se programó una reunión de pastores en la ciudad de Catemaco, estado de
Veracruz, México. De los 30 predicadores que asistieron, nadie se imaginaba las
terribles consecuencias que dejaría tal reunión. Porque dos predicadores de la
misma región, venían del estado de Tabasco, donde se había llevado a cabo otra
reunión en la que los expositores de la Palabra fueron unos venezolanos
emisarios de W. Soto.
En la reunión en Veracruz, uno
de los dos predicadores abordó el púlpito y con aires de cómico, comenzó a
hacer mofa del nombre de Jesús. Dijo: “Chucho sirvió muy bien su tiempo, pero
ahora ha quedado atrás. Ahora el nombre de Chucho ya no funciona. Así que
chuchito, gracias por el tiempo que nos serviste”. (Con esto estaba dando a
entender con toda claridad, que de ahí en adelante el nombre de William Marrion
Branham, era el bueno). En algunas regiones de México, al que se llama Jesús,
familiarmente o amigablemente le llaman “Chucho”; pero también al perro se le
llama de la misma manera: “Chucho”.
Tan sorpresiva fue para los
pastores la nueva enseñanza, la cual hace al creyente dar un giro de 180
grados, que algunos tuvieron efectos estomacales como cuando se ingiere un
alimento en mal estado y vomitaron; pero juntamente con lo vomitado, también
arrojaron lo poco que de Cristo tenían en su corazón, porque a los pocos
minutos dijeron; “ahora si entendemos que esto es la verdad”.
-Recién fundado el grupo en
Monterrey (1978), comenzaron a vender dulces, pero a tan gran escala, que puede
decirse que era a nivel industrial. Y no pasó un año que ellos mismos los estaban
fabricando. Después comenzaron a vender pan, o lo que se les atravesaba vendían
con el fin de ayudar a la causa. Fue con las ganancias de las ventas de la ya
enorme agrupación en toda América Latina, que le construyeron a W. Soto una
residencia de madera de cedro en Cayey, Puerto Rico. Porque si el rey David
vivía en una casa de cedro en Jerusalén, y William Soto siendo el hijo de
David, no podía bajo ninguna circunstancia ser inferior, al menos ese era el
argumento. Así que él tuvo su casa de cedro.
-A partir de 1980, Soto
comenzó a promulgar entre sus seguidores una “libertad de conciencia”. Pero ¿qué
clase de libertad les estaba concediendo? Una libertad de todo sentido de
condenación o reprensión. Porque les decía: “ya estamos en la edad de la
palabra, ya estamos en la dispensación del hijo del hombre, ya hemos dejado
atrás la etapa de la zozobra y los temores, ahora hagamos lo que hagamos,
nuestra conciencia no tiene porque reprendernos porque ya somos libres”. Fue
así como el pecado comenzó a ganar terreno entre las filas de los adeptos a
medida que el libertinaje tomaba posesión.
Cuando a partir del año 1980
la agrupación comenzó a cañonear al público con propaganda proselitista;
primeramente lo hicieron con folletos; luego videos que presentaban en ciertos
lugares de calles y colonias; a esto le siguieron las presentaciones personales
de W. Soto en canchas deportivas, gimnasios y demás edificios públicos; a
continuación siguieron los spots en radio y televisión; y finalmente las páginas
dedicadas a W. Soto en Internet. Todo esto propicio una tormenta la cual trajo
como resultado una lluvia de críticas, refutaciones y hasta condenas por parte
de escritores evangélicos.
-Pero W. Soto no es el único
que ha pretendido ser el “ángel fuerte”, “octavo ángel” o, simplemente el
sucesor de Branham. En lo que va desde la muerte de Branham (1965) hasta hoy,
se han levantado 21 hombres que han pretendido o pretenden ser el desconocido y
misterioso pero ya muy sonado “octavo ángel”.
Aquí presentamos al lector una
lista de los pretendientes y sus respectivos lugares de origen:
George Pike/U.S.A.
Roger Ruddin/ U.S.A.
Moisés Cochamiche/ Perú
Neal Frisby/ U.S.A.
William Soto Santiago/ Puerto Rico
Junior Jackson/ U.S.A.
Miguel Marrufo/ Perú
Joseph Coleman/ U.S.A.
Roberto Campoy/ U.S.A.
Steven Shelly/ U.S.A.
Paúl Laurie/India
Thomas Vellore/ India (en
2003)
Se habla de otro en Arizona
llamado “el ángel blanco”, y 8 más en África, específicamente en Mozambique y
sus alrededores.
- Pero
el cambio más drástico fue consumado del 2003 al 2007; nuevamente Soto hizo dar
a su gente un giro de 180 grados el cual paso inadvertido por los que le siguen
y alardean de que se las saben de todas a todas. Es sorprendente saber, como es
que personas que dicen ser conocedoras de la Biblia, se les maneje como si
fueran unos niños y no se den cuenta de la manipulación de que son objeto.
Desde sus comienzos en el
ministerio, W. Soto se caracterizó como un revelador de misterios,
especialmente los del Apocalipsis. En todo y por todo hablaba del Apocalipsis y
el nombre de William M. Branham era el centro de oración, adoración y atención.
Pero de 2003 en adelante
comenzó a derribar la estructura doctrinal que por 30 años había construido, he
hizo pasar al grupo por un túnel tan obscuro, que cuando salieron de él no
supieron por donde habían entrado ni por donde habían salido. El panorama les
fue cambiado y de pronto se encontraron ante una teología rudimentaria y que
muchos antes de seguir a Soto, ya la habían practicado. Ahora con esto,
nuevamente se les presentaba la oportunidad para ponerla por obra otra vez: el
bautismo en agua que desde el principio lo habían catalogado como innecesario,
volvieron a practicarlo, y los llamados al arrepentimiento llegaron a ser el
lema de los predicadores del movimiento; pero con tanta insistencia lo hacen,
que más que convertir a la gente tratan de persuadirlos.
- Ante
esto ¿dónde quedó el nombre nuevo del Señor? Por informaciones cercanas al
núcleo ministerial del grupo, se afirma que W. Soto dijo que: “EL NOMBRE NUEVO
ES COSA DEL PASADO Y POR LO TANTO, HAY QUE OLVIDARLO”. Pero no solo el nombre
nuevo quedó en el olvido, sino también los temas apocalípticos y las doctrinas
que se forjaron derivadas del mensaje de Branham, con las cuales cientos de
iglesias fueron arrastradas, otras fueron divididas y en muchos hogares se
sintieron las consecuencias del error.
Pero la pregunta aún está en
el aire: ¿A qué se debió ese cambio tan brusco mediante el cual fueron
sepultados los hechos y dichos de poco más de 30 años de trayectoria? Las
opiniones son distintas. Pero una línea de hipótesis hace pensar que tal cambio
de alguna manera u otra tuvo que ver con la detención y encarcelamiento de
Oscar Candelario, antiguo maestro de Soto, ya que es notorio que durante el
proceso jurídico de Candelario en los tribunales de Puerto Rico, Soto cambió de
enseñanza. ¿Por qué? Quizás fue una medida precautoria por razones que con el
tiempo se sabrán.
El
tiempo de la paz y el adiós
Aunque para los seguidores de
la Voz de la Piedra Angular, William Soto Santiago sea lo que él mismo se proclamó
“La Palabra de Dios encarnada, el Séptimo Sello, el ángel que era diferente a
los demás, el Quinto Elías”, durante los últimos años de su vida, trató de
secularizar al máximo su imagen, al grado de que en 2013, William Soto y su brazo derecho Miguel Bermúdez
Marín, alcanzaron el nivel "Diamante Internacional Platino" en la
compañía de productos para la salud 4Life, lo que les dejaba ganancias
residuales millonarias.
Pero
el énfasis mayor fue en hacerle creer al mundo “no religioso” que William Soto
era un pacifista, humanista, teólogo y profesor investigador.
Embajador Mundial de la Embajada Mundial de Activistas por la Paz, William Soto
enumeró sus dotes más allá de ser un enviado angelical: Doctor en Filosofía y
Teología de la Universidad Internacional de Cambridge. Distinguido con el
título de Profesor Honoris Causa en Derechos Humanos, otorgado por la
Universidad Metropolitana de Asunción, Paraguay; Doctor Honoris Causa en
Humanidades por la Universidad Interamericana del Norte de México y como
Profesor Emérito de la Universidad Libre de Colombia.
El 2 de abril
de 2019 un solitario tweet del ex gobernador de Tabasco, México, Manuel Andrade
Díaz, dio cuenta de su fallecimiento: “Me entero por buenos amigos que falleció
en Puerto Rico #WilliamSotoSantiago ‘La Voz de la Piedra Angular’. Hombre de
paz, buen amigo, servidor de Dios y mejor cristiano. Descanse en paz”. Nada de
este acontecimiento salió en la prensa ni en noticias de internet. Todo indica
que el grupo que levantó William Soto tiene la intención de montar simbólicamente
el hecho de que los ángeles no mueren, que el profeta Elías tampoco murió, pues
fue levantando al cielo en un carruaje de fuego. Ninguna de las cuentas
oficiales anunció su muerte. William Soto terminó su peregrinar en la Tierra, y
lo hizo de la mejor manera, al no seguir los pasos de su maestro Oscar
Candelario. Termina una leyenda y se abren las puertas para otras.
*El texto anterior está basado principalmente en los escritos de Fabián
Coronado Sifuentes, del Templo Tabernáculo de la Palabra (Monterrey), otras
referencias de internet y deducciones con un simple propósito informativo.
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